domingo, 25 de mayo de 2025

Conciencia lingüística y prejuicio: reflexiones desde la diversidad hispanohablante

Por Alexander Paredes

Resumen:

La relación entre conciencia lingüística y norma académica es clave para entender los mecanismos de inclusión y exclusión en contextos educativos y sociales. Este artículo explora, a partir de ejemplos concretos en el mundo hispanohablante, cómo una conciencia lingüística crítica puede desmontar prejuicios y fomentar una educación más inclusiva. Se analiza el caso de hablantes indígenas en contextos urbanos mexicanos y el uso de variantes regionales como "la calor" o "palta", frecuentemente objeto de estigmatización. Se concluye que formar docentes y estudiantes en una visión pluricéntrica del español fortalece la equidad lingüística y cultural.

Palabras clave: conciencia lingüística, norma académica, prejuicio lingüístico, variación dialectal, educación inclusiva.

1.     Introducción

La lengua es mucho más que un sistema de signos: es una construcción social que refleja relaciones de poder, identidades y formas de ver el mundo. En las aulas de América Latina, donde conviven hablantes de diversas procedencias, es fundamental reconocer la relación entre la norma académica del español y la diversidad de formas de hablar de los estudiantes. La conciencia lingüística, entendida como la capacidad de reflexionar sobre el uso y funcionamiento del lenguaje (Zapata, 2019), se convierte entonces en una herramienta indispensable para el desarrollo de una educación respetuosa de la diversidad.

2.    Norma y variación: una tensión permanente

La norma académica del español, establecida por instituciones como la Real Academia Española, ha sido tradicionalmente considerada el modelo correcto de uso. Sin embargo, esta norma es solo una entre muchas formas posibles del idioma, que no siempre representa ni a la mayoría ni a los hablantes históricamente marginados (Del Valle, 2007).

Un ejemplo ilustrativo de esta tensión es el uso de “la calor” en lugar de “el calor”. Si bien la norma académica prescribe el uso del masculino, “la calor” posee una base histórica en el español antiguo y sigue presente en varias regiones, como el sur de España y en algunas zonas de México. Corregir este uso sin reconocer su legitimidad histórica y regional implica ignorar la riqueza del idioma y reforzar actitudes prescriptivistas que desvalorizan a ciertos hablantes. Esta dinámica no es aislada, sino parte de un fenómeno más amplio de estigmatización que se hace aún más evidente en el caso de los hablantes indígenas en contextos urbanos.

 3.    El caso de los hablantes indígenas en contextos urbanos

En muchas ciudades mexicanas, estudiantes de origen indígena provenientes de contextos rurales enfrentan estigmas lingüísticos que impactan negativamente su experiencia escolar. Por ejemplo, una estudiante mazateca que emplea una entonación distinta o construcciones propias de su variedad lingüística puede ser percibida como “incorrecta”. Esta percepción errónea no solo socava su autoestima, sino que también afecta su rendimiento académico, al asociarse la corrección lingüística con la inteligencia o la competencia. Para contrarrestar este fenómeno, es fundamental que los docentes reconozcan el valor de estas formas de habla y adopten enfoques pedagógicos que promuevan la inclusión, como el uso de materiales interculturales o espacios de reflexión sobre la diversidad lingüística del aula.

4.    Palta o aguacate: una cuestión de etimología y prejuicio

La variación lingüística no se limita a cuestiones gramaticales. También el léxico es campo de disputa. En Perú, por ejemplo, se usa "palta" para referirse al fruto que en México se llama "aguacate". Algunos mexicanos insisten en que "palta" está mal, sin saber que ambas denominaciones son legítimas desde una perspectiva etimológica e histórica.

"Palta" proviene del quechua pallta, nombre del fruto según el pueblo originario del mismo nombre que habitaba la región andina (Real Academia Española, 2024). Por su parte, "aguacate" deriva del náhuatl ahuacatl, que significa 'testículo', en referencia a la forma del fruto (Karttunen, 1983). Ambos términos reflejan el legado lingüístico de los pueblos originarios de América y su incorporación al español como lengua en constante evolución. Sin embargo, en espacios dominados por el español mexicano, la forma "palta" es frecuentemente considerada errónea o extraña, lo que refleja una falta de conciencia lingüística sobre la diversidad del idioma.

5.    La conciencia lingüística como herramienta educativa

Promover la conciencia lingüística entre docentes y estudiantes permite desarticular prejuicios y valorar la pluralidad del idioma. Enseñar que "la calor" o "palta" no son "errores", sino reflejos de una historia y un contexto lingüístico particular, es fundamental para una educación inclusiva. Como señala Zapata (2019), esto fortalece la identidad lingüística de los estudiantes y les permite apropiarse del lenguaje desde una posición de respeto y seguridad.

En contextos como el peruano y el mexicano, donde coexisten múltiples lenguas originarias con el español, es clave formar al profesorado en principios de interculturalidad y variación lingüística. Esto puede lograrse mediante talleres de reflexión lingüística, análisis de casos reales de diversidad dialectal en el aula, y el uso de materiales que legitimen distintos registros y formas del español como expresiones válidas del idioma. Asimismo, incluir contenidos sobre la historia sociolingüística del español en la formación inicial docente permitiría desnaturalizar la idea de una “norma única” y fomentar actitudes de respeto hacia las variedades del alumnado.

6.    Conclusiones

La conciencia lingüística, lejos de ser un conocimiento accesorio, es central para la justicia educativa. Comprender la norma como una construcción más, y no como la única vía legítima del idioma, abre espacios para que todos los hablantes se reconozcan en su lengua. Valorar formas como "la calor" o "palta", y comprender los desafíos lingüísticos de los hablantes indígenas, es una forma concreta de democratizar el lenguaje.

En este sentido, se hace urgente que los programas de formación docente en México y Perú incorporen una perspectiva pluricéntrica del español, que reconozca la diversidad lingüística no como un obstáculo, sino como un recurso pedagógico. Solo así podremos construir aulas verdaderamente inclusivas y equitativas, en las que cada estudiante vea su forma de hablar como una riqueza, no como una deficiencia.

Referencias

Del Valle, J. (2007). La lengua, ¿patria común?: Ideas e ideologías del español. Madrid: Vervuert/Iberoamericana.

López Morales, H. (2004). Sociolingüística. Madrid: Gredos.

Zapata, G. C. (2019). Latinx students' linguistic and cultural experiences: Towards critical pedagogies in heritage language education. In J. Rothman & J. Pineda (Eds.), Linguistic Perspectives on Spanish as a Heritage Language (pp. 175–195). Amsterdam: John Benjamins.

 


Puentes entre lenguas: Enseñanza del español como segunda lengua (L2) a niños hablantes de náhuatl en el primer ciclo de educación primaria


Por Alexander Paredes

Resumen

La enseñanza del español como segunda lengua (L2) en contextos indígenas debe partir del reconocimiento y respeto de las lenguas originarias. Este artículo describe un caso práctico de intervención en una primaria rural del estado de Puebla, donde se diseñó un programa didáctico para niños hablantes de náhuatl de entre 6 y 9 años. A partir del modelo propuesto por Lineros Quintero (2005), se estructuró la intervención en cinco niveles: fundamentos teóricos, planificación, intervención docente, recursos materiales y evaluación. Se promueve una enseñanza comunicativa, contextualizada y afectiva, que vincula el español a situaciones reales sin desplazar la lengua materna. Se incluyen propuestas de mejora para fortalecer la formación docente y la creación de materiales didácticos adecuados al entorno sociolingüístico.


Introducción

En México, miles de niños indígenas ingresan a la educación primaria con escaso dominio del español, lo que genera desigualdades de aprendizaje y altos índices de deserción. Enseñar español como segunda lengua en estos contextos exige más que un enfoque tradicional: requiere una didáctica intercultural que valore la lengua materna y promueva el bilingüismo desde una perspectiva de derechos lingüísticos (Hamel, 2008).

Este artículo presenta una experiencia pedagógica desarrollada en una escuela rural del estado de Puebla. A través del marco propuesto por Rocío Lineros Quintero (2005), se diseñó una intervención didáctica orientada a favorecer el aprendizaje del español como L2 en estudiantes hablantes de náhuatl, respetando su identidad cultural y comunicativa.


Fundamentos teóricos

La propuesta parte de una visión comunicativa del lenguaje, donde el español es una herramienta de interacción, no un reemplazo del náhuatl. Se integran tres saberes fundamentales (Lineros, 2005):

  • Filológico: el uso funcional del español escolar.

  • Pedagógico: planificación situada al contexto multigrado.

  • Psicológico: aprendizaje significativo y culturalmente mediado (Ausubel; Vygotsky).

El enfoque intercultural bilingüe propuesto por la SEP (2004) sustenta la idea de que la lengua originaria debe ser visibilizada, valorada y preservada, mientras se facilita el acceso al español como lengua de escolarización y participación social.


Planificación didáctica

Se realizó una evaluación diagnóstica oral bilingüe al inicio del ciclo escolar para conocer el nivel de comprensión y producción del español. A partir de ello, se organizaron unidades didácticas mensuales con funciones comunicativas progresivas: presentarse, describir, expresar deseos, pedir ayuda, etc.

Objetivos:

  • Comprender y responder a consignas básicas.

  • Desarrollar expresión oral mediante juegos, canciones y dramatizaciones.

  • Iniciar la lectoescritura de manera contextualizada.

  • Valorar el uso del náhuatl en el aula.

Contenidos:

  • Vocabulario del entorno (colores, partes del cuerpo, animales).

  • Estructuras funcionales: “yo soy…”, “quiero…”, “me gusta…”.

  • Comprensión de instrucciones escolares.

La planificación se concibió como flexible y abierta, ajustándose al ritmo de aprendizaje del grupo, de acuerdo con lo propuesto por Lineros.


Intervención docente

La actuación docente fue facilitadora, evitando la penalización del náhuatl y generando contextos afectivos para el uso del español. Un ejemplo de actividad:

Unidad: Los animales que conozco

  • Ronda oral en náhuatl o español.

  • Elaboración de mural bilingüe.

  • Canción infantil (“La vaca Lola”).

  • Juego dramático con animales e interacción oral.

Estas tareas promueven la comprensión, ampliación del vocabulario y confianza al expresarse en español, sin negar la identidad lingüística del alumnado.


Recursos y materiales

Dada la escasa infraestructura tecnológica, se elaboraron materiales artesanales, visuales y manipulativos:

  • Tarjetas con ilustraciones bilingües.

  • Grabaciones con voz de los propios niños.

  • Cuentos tradicionales adaptados.

  • Juegos como lotería, memorama, dominó de vocabulario.

El objetivo no fue corregir, sino enriquecer el repertorio lingüístico del niño de forma significativa.


Evaluación

Se utilizó una evaluación formativa y cualitativa, centrada en los avances individuales. Se aplicaron instrumentos no invasivos:

  • Rúbricas orales simples.

  • Registros anecdóticos.

  • Portafolios de evidencias.

  • Autoevaluaciones simbólicas (“Hoy me sentí feliz hablando en español”).

Se promovió el vínculo con las familias mediante encuentros comunitarios, reforzando el valor del bilingüismo.


Conclusiones

Este caso demuestra que una enseñanza respetuosa y contextualizada del español como L2 puede fortalecer la inclusión educativa en comunidades indígenas. La clave está en articular el aprendizaje del español con el reconocimiento de la lengua y cultura originarias.


Propuestas de mejora

Basadas en el marco de Lineros Quintero, se proponen:

  1. Formación docente integral: en lingüística aplicada, psicología del aprendizaje intercultural y cultura náhuatl.

  2. Currículo contextualizado: basado en tareas funcionales y saberes comunitarios.

  3. Vínculo escuela-comunidad: participación de hablantes de náhuatl, talleres con familias y jornadas interculturales.

  4. Materiales pertinentes: creación de recursos adaptados y redes de colaboración docente.

  5. Evaluación intercultural: que valore procesos, respete ritmos y reconozca la lengua materna como parte del aprendizaje.


Referencias

  • Ausubel, D. P. (1976). Psychology of meaningful verbal learning. Grune & Stratton.
  • Flores Farfán, J. A. (2011). Revitalización lingüística: Teoría y práctica para el rescate de las lenguas indígenas. CIESAS.
  • Hamel, R. E. (2008). Políticas lingüísticas y derechos lingüísticos de los pueblos indígenas en América Latina. Revista Internacional de Lingüística Iberoamericana, 6(2), 9–30.
  • Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). (s.f.). Normas de convivencia lingüística en el aula.
  • Lineros Quintero, R. (2005). Fundamentos teóricos de la didáctica del español como segunda lengua (E/L2) en contextos escolares. Revista redELE.
  • Secretaría de Educación Pública (SEP). (2004). Modelo de educación intercultural bilingüe para niñas y niños indígenas. México: SEP.
  • Vygotsky, L. S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica.